viernes, 15 de enero de 2010

Muertos en una ciudad sin Ley



Cruz Roja hace un balance de 50.000 víctimas
Miles de cuerpos yacen apilados en una ciudad sin ley


«Cada hora cuenta. La prioridad es salvar vidas, sacar a la gente de entre los escombros y atender a los heridos». Así resumió ayer la situación en Haití Elisabeth Byrs, portavoz de la oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios. Y es que, con más de 50.000 víctimas confirmadas por Cruz Roja, hay personas que ya llevan dos días atrapadas entre los escombros de los cientos de edificios derruidos. Sus gritos aún se oyen, aunque cada vez más apagados. Pero no es fácil rescatarlos.


Con el aeropuerto cerrado (por la mañana los aviones tuvieron que aterrizar «a ojo») y la frontera con la República Dominicana colapsada, la ayuda llega con cuentagotas. Los supervivientes que intentan rescatar a la gente de entre los escombros ponen su vida en peligro: las réplicas del terremoto fueron ayer constantes, y lo que queda de las casas, escuelas, hospitales e iglesias amenaza con venirse abajo.Si el riesgo acecha de día, de noche la situación empeora. Nadie se atreve a quedarse dentro de los edificios, por miedo a nuevas réplicas, pero fuera la situación dista de ser segura.


Los estadios, los parques y cualquier lugar al aire libre están abarrotados de grupos errantes que se lamentan ante las hogueras. Incluso en la explanada del emblemático Hotel Vila Creole yacen decenas de heridos. «Mi hija de 10 años está grave y no habla desde el terremoto. Pese a todo damos gracias por estar vivos», relataba en este lugar Stannis, un haitiano de 39 años que había acudido acompañando a su pequeña, informa Efe. Miles de familias como la de Stannis están a merced de los delincuentes.


Con un control policial inexistente y la misión de la ONU prácticamente sepultada, Puerto Príncipe, más que nunca, se ha convertido en una ciudad sin ley donde el saqueo y el pillaje están a la orden del día. «La situación de seguridad va empeorando y por la noche es muy peligroso salir», explicó ayer a Reuters Cedric Perus, el coordinador de ayuda humanitaria de Oxfam en el país. «Hay saqueos por todas partes y algunos mercados han sido asaltados», indicó.

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