lunes, 23 de noviembre de 2009

Los jóvenes prefieren la Red a la 'tele'


Los jóvenes prefieren la Red a la 'tele'


Las nuevas generaciones prefieren la interacción a ser meros espectadores. Los adolescentes se sitúan a la vanguardia en el uso de las nuevas tecnologías y eligen Internet como su plataforma de entretenimiento y comunicación favorita, por encima de la televisión y el teléfono móvil.


El 63% de los chicos de 10 a 18 años encuestados para un informe del Foro de la Generación Interactiva en España, que presentó ayer la Fundación Telefónica, prefieren Internet a la televisión; y, si se les obliga a escoger, el 65% antepone también la Red a la telefonía. En total, la penetración de Internet es muy alta en esta franja de edad: el 88% de los adolescentes se declara usuario.
La facilidad para comunicarse es el aspecto de Internet que más atrae a los menores. Por eso las redes sociales (Facebook y, especialmente, Tuenti) concentran la mayoría de sus visitas, y el Messenger es su sistema de comunicación favorito, en perjuicio del viejo correo electrónico. El acceso a música y videojuegos son otros grandes alicientes. La negativa de los chicos a contentarse con los contenidos que otros generan para ellos la rubrica otro dato: un 40% ha creado sus propios blogs, fotoblogs o páginas web.
Tanta actividad equivale a muchas horas frente a las pantallas. Dos horas ante cada una en días lectivos y los fines de semana aumenta el tiempo dedicado al televisor y el ordenador. Esto no quiere decir que los menores pasen todo el día enchufados: la capacidad para simultanear plataformas es otra característica de la generación superconectada: ven la tele al mismo tiempo que navegan, comen o hacen la tarea.
Para posibilitar el despliegue de actividades tecnológicas, los hogares están ampliamente equipados. En casi todas las viviendas de los 13.000 menores que conforman la muestra de la encuesta, hay un ordenador, y es desde ese puesto desde el que acceden mayoritariamente a Internet. El 36% de los niños entre 10 y 18 años cuentan con un computador en su propio dormitorio (y un 45% dispone de televisor), lo que refuerza la llamada "cultura del dormitorio". Los niños se convierten en navegadores autónomos, una consecuencia lógica de que el 70% haya aprendido a manejar Internet sin ayuda. Después de su iniciación solitaria, el 61% sigue navegando sin compañía.
En la vida digital se enfrentan a peligros como que les molesten con comentarios indeseados, con vídeos y fotos. Casi una décima parte ha sufrido ciberbullying, un porcentaje que aumenta con la edad. Los padres tienen dificultades para controlar tanto movimiento digital. "¿Cómo lo voy a hacer si él me configuró a los seis años el módem?", explica Xavier Bringué, director del estudio, que piensan padres consultados.
La conectividad no termina en casa. A los seis años, uno de cada cuatro niños tiene un teléfono móvil y el porcentaje roza el 100% a los 17. A medida que crecen, incorporan nuevos usos al teléfono y lo utilizan, más que para hablar, para grabar, ver vídeos, escuchar música y gestionar su vida social (como reloj, agenda, etcétera). De esta dependencia se deriva que únicamente la mitad lo apague durante las clases, y un 30% a la hora de dormir. Plenamente comunicados, todo el tiempo.

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